¡Paz, tranquilidad, armonía! son palabras que queremos ver reflejadas en nuestros hogares, esas sensaciones de quietud y calma que nos brinden seguridad definitivamente son necesarias en nuestra vida para mantener un equilibrio mental; y los jardines zen nos pueden aportar en esa tarea.

Pero ¿qué es un jardín zen?
Su origen es japonés y tiene la finalidad de invitar a la meditación y relajación. Su construcción es bastante sencilla y minimalista ya que, a diferencia del jardín occidental, el jardín zen se caracteriza por no tener estanques de agua ni flores, en vez de estos elementos los protagonistas son las rocas, gravilla, arena y puede contener musgo o helechos.
El jardín zen tiene una simbología particular ya que se dice que la arena peinada por un rastrillo representa el mar y sus ondulaciones la superficie de este, por lo tanto según lo que se dibuje es posible entender los diferentes estados de ánimo, por ejemplo; las líneas rectas representan un mar calmo, las onduladas de un mar agitado y si se hacen figuras concéntricas generan la sensación de algo caído al mar, aunque claro siempre buscamos que la calma que nos trasmite el océano sea la misma que irradie el jardín.
Al no contar con elementos vivos, es fácil de tener uno en casa, ya que no requiere cuidados, ni sol o agua. Pueden ser de diferentes tamaños, pero el recomendable es aquel que puedas manipular fácilmente.

Te invitamos a construir tu propio jardín Zen y descubrir sus múltiples beneficios para su salud mental.